Reflexión sobre ¿Quién se llevó
mi queso?
Seguramente uno de los principales motivos de
resistirse al cambio es el temor al fracaso, debido al mismo hecho de no estar
preparados para afrontarlo de la mejor manera.
Sin embargo, como hemos logrado darnos cuentas el
miedo solo logra inmovilizarnos y no dejarnos actuar.
Por otra parte la comodidad y la sensación equivoca de
sentir haber alcanzado el éxito son dos puntos negros en nuestra vida que solo
consiguen nublar nuestras visiones, opacar nuestras virtudes y dejarnos
estáticos ante una sociedad que genera cambios constantemente.
A su vez en la vida existen personas a las cuales les
resulta bastante fácil adaptarse a los cambios, como también hay algunas que
les resulta un tanto complicado pero, que finalmente ceden y se acomodan a este
cambio. Y como en todo orden de cosas existen también personas que se niegan
rotundamente a los cambios, ya sea por los motivos antes mencionados, como
también por mera negativa o ignorancia personal.
El camino al éxito en distintas oportunidades está
lleno de incertidumbres y de momentos poco gratos, pero en gran parte el hecho
de infundirnos miedo a nosotros mismos no nos ayuda absolutamente en nada, al
contrario sería el hecho de pensar positivamente y tener un punto vista mas elevado de las
cosas.
En cierta forma el temor al fracaso debiera
desaparecer en la medida de que yo como persona me convenza y valore mis
capacidades, mis aptitudes y la forma de asumir nuevos desafíos. Si bien es
cierto a veces nos encontramos en la situación inevitable de sentir miedo,
podemos lograr que este temor “juegue” a nuestro favor, de la manera en que
utilicemos este temor como herramienta de empuje a movernos por un cambio y no
caer en la frustración.
Los cambios se producen constantemente, ya sea que uno
los espere o no, solo dependerá de nosotros mismos si estas situación llegase a
sorprendernos. Y es nuestro deber encontrar el camino y dejar aquellas
comodidades y temores que nos aquejan, ya que, nadie más lo puede hacer por
nosotros.
De esta manera nuestras convicciones deben ir
apuntadas a lo nuevo, a la motivación, a anticiparse a los cambios y a actuar
con una mayor eficacia y rapidez, a buscar la felicidad y el bienestar
espiritual a través del cambio.
Lo importante de esto es darse cuenta de los errores
que se están cometiendo y a la vez reconocerlos como tales para así poder
generar algún aprendizaje y no cometerlos nuevamente. Así de esta forma se
alejarán nuestros miedos y llegará el momento de la recompensa.
Finalmente podemos rescatar una buena moraleja:
“No dejarse atrapar por la comodidad ni los miedos y
estar siempre buscando nuevas oportunidades”.
Nombre: Eric Márquez T.
Curso: 1° B PEV.
Área: Trabajo Social.
Profesor: Ricardo Cristi López.
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